Este blog está dirigido a aquellos que han asumido el reto de esta gran aventura que llamamos "Matrimonio". Esperamos llegar no solo a los matrimonios sino también a los novios que han decidido unir sus vidas o ya lo están pensando; para que a través de nuestras palabras decidan amarse "para toda la vida".

domingo, 20 de junio de 2010

Superando nuestras Diferencias

Cuando decidimos casarnos y lo comentamos con nuestros amigos, muchos de ellos nos preguntaron si lo habíamos pensado bien y si estábamos seguros de lo que hacíamos. Al preguntarles el porqué de tanto cuestionamiento, nos dijeron que era por que nos veían como el agua y el aceite, totalmente diferentes y como consecuencia, incompatibles.

En parte tenían razón en cuanto a que éramos diferentes; uno era muy callado y el otro más conversador, uno con gusto por el baile y el otro no tanto, amiguero uno y el otro no; en fin pocas coincidencias, pero mucho amor de por medio.

Pero a veces pareciera ser que el amor no alcanza para superar estas diferencias, en cambio nosotros creemos que si bien es cierto que las coincidencias nos unen, las diferencias nos retan. Y nosotros hicimos de nuestras diferencias un reto; es verdad que en algunos casos no nos ha sido muy fácil afrontarlas y superarlas, pero también hemos tenido grandes triunfos que nos han hecho olvidar nuestras derrotas.

[Cuckie:] Elard es bastante callado y yo muy parlanchina y esta diferencia a veces se me hacía terriblemente dura de sobrellevar, y más notoria cuando estábamos en una reunión de amigos y el no hablaba casi nada, en esos momento yo me sentía en la obligación de hablar por los dos y llenar los “supuestos vacíos” que se generaban durante la charla. Luego decidí tomarlo como un reto, busqué un momento de calidez entre los dos y abordé el tema con él y le dije como me sentía frente a ello. Por mi parte, decidí motivarlo en las reuniones empezando por hacerle preguntas abiertas, que no se limitaran a un si o un no como respuesta; también me di cuenta que no tenía por qué sentirme responsable y menos incómoda por lo mucho o poco que él pudiese hablar en una reunión. De igual forma cuando nos encontrábamos los dos solos no esperaba que él iniciara la conversación, sino era yo la que la comenzaba tocando un tema que a él le interesara y luego poco a poco iba abordando otros. Esto me resultó tan bueno que hasta ahora lo practico.

[Elard:] Siempre me gustó ser una persona muy organizada, trataba de tener todo en forma ordenada y en su lugar, en cambio para Cuckie no tenía mucha importancia si las cosas estaban en un sitio o en otro, lo importante era saber dónde encontrarlas cuando se necesitaban. Ese aparente desorden me causaba muchas incomodidades cuando al intentar ubicar algo en el lugar donde lo había dejado no lo encontraba porque Cuckie lo había puesto en otro sitio. Al abordar este tema Cuckie reconoció que muchas veces esto también le había traído complicaciones cuando necesitábamos algo, a veces no recordaba donde lo había puesto o guardado costándole mucho trabajo encontrarlo. Por mi parte reconocí también que por momentos yo era muy vehemente y tenía un sentido exagerado del orden; esto nos permitió tomar la decisión de ser menos exigente con el orden y Cuckie ser más organizada.

Con todos esto no pretendemos decir que para ser felices tenemos que ser iguales, lo importante es que frente a las diferencias debemos buscar el diálogo y encontrar un punto en común; tampoco es pretender que el otro sea o actúe como nosotros queremos, sino que por decisión personal, aquella “decisión de amar” de la que tanto mencionamos, cambiemos nuestras actitudes en beneficio del fortalecimiento de nuestra relación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario