
Nos preguntábamos ¿Es posible que el amor pueda acabarse tan pronto dando como resultado matrimonios tan volátiles? ¿Es que confundimos amor con cariño, con ilusión, con pasión o sexo? No pretendemos decir que el amor no tiene todos estos ingredientes, creemos que el amor los condensa y va más allá; pero cuando lo reducimos solamente a alguno de ellos indudablemente que muy fácilmente se puede desgastar. Algunos también lo pueden confundir con capricho, costumbre, despecho, reemplazo, sobre todo si hubo una relación anterior que no prosperó o no funcionó.
Creemos que esta problemática se inicia cuando los motivos que nos llevan al matrimonio son los equivocados o cuando habiendo amor no somos capaces de luchar por él; y es que el casarse no es sinónimo de “y vivieron felices para siempre” como el final de un cuento de hadas sino más bien es el inicio de una aventura compartida, una vida llena de retos; pero sobre todo y si lo decidimos así de mucho amor; porque el amar es una decisión que debemos renovar día a día, amar a nuestro esposo o esposa por sobre todo y para siempre.
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