
Hace 9 meses y 15 días nació Mikella, un verdadero “Regalo de Dios”, tal cual el significado de su nombre. Una nueva y gran experiencia para los recién estrenados papás y una nueva y gran experiencia para nosotros, ya no como los padres que fuimos en nuestros primeros años de matrimonio sino ahora como abuelos (abuelos jóvenes por cierto…[risas]). Hemos conversado sobre ello y encontrado una diferencia sustancial en todo este hecho, ya dejamos de ser padres, las responsabilidades y preocupaciones propias de esa etapa quedaron atrás, ahora única y exclusivamente nos queda disfrutar de nuestra bella Mikella que ha llegado a alegrar aún más nuestras vidas… y qué diferente se siente. Son etapas que a uno le toca vivir en la vida y en esta ocasión nos tocó la de ser abuelos y disfrutar de nuestra nieta.
Somos conscientes que ahora como abuelos solo seremos apoyo y consejo, por lo tanto debemos cuidar hasta dónde podemos intervenir en la educación de nuestra nieta; aunque a veces hemos estado tentados a sobrepasar los límites, sabemos que estaríamos invadiendo un terreno que ya no nos corresponde.
Lo más importante es que estamos disfrutando intensamente a Mikella, que nos sorprende cada día con sus gestos, sus balbuceos y primeras palabritas, sus primeros pasos, sus travesuras. Y aunque la palabra “abuelo” para muchos es sinónimo de vejez, para nosotros ha sido una inyección de energía y de ganas de vivir por muchísimos años más.
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