Pareciera que el mundo de hoy va más de prisa que de costumbre, las horas tienen menos minutos, los días menos horas, etc. Vamos con prisas, no tenemos tiempo para nada y vivimos postergando un sin fin de cosas, repitiendo constantemente y casi sin darnos cuenta, frases como estas: Ahora no tengo tiempo, después lo haré, luego se lo digo, eso ya lo sabe para que repetirlo, otro día vamos, te prometo que dentro de poco lo haremos, el fin de semana salimos… Y así vamos dejando todo para después, hasta que nos cansamos de esperar o nos olvidamos de nuestras promesas, sin darnos cuenta que el tiempo que pasa no vuelve jamás, y que las oportunidades no son siempre las mismas.

No dejemos para después el decir un te quiero, eres importante, estoy triste, te necesito, me gustas; ni posterguemos todo aquello que queremos hacer juntos, ir de vacaciones, ir al cine a ver esa película romántica o de acción que nos gusta, preparar aquel platillo que él o ella tanto disfruta; en fin, digamos y hagamos las cosas que nunca pudimos decirnos o hacer juntos. El hoy es importante y nunca vuelve, el pasado queda en el recuerdo y en el aprendizaje de las experiencias vividas, y el futuro tarde o temprano nos alcanzará por lo que no hay que preocuparse tanto por él. Vivamos con intensidad el hoy, pero no con esa intensidad que el mundo nos propone, dejando para después cosas que tal vez parezcan sin importancia. Aprovechemos el tiempo que tenemos juntos y disfrutémonos el uno del otro, ese es el mejor regalo que nos podamos entregar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario